Rodeado por un bosque de encinas, su estrecho acceso te recuerda lo íntimo del lugar. Junto con la Ermita de Betlem en Artá, son las únicas ermitas actualmente habitadas en Mallorca. Un rincón que el paso del tiempo ha sabido respetar. Adentrarse en la Ermita de la Trinidad (Valldemossa), es lo más parecido a un viaje en el tiempo.

A la entrada, en un cartel, los ermitaños te agradecen tu respeto al Silencio en el que oran y trabajan los tres ermitaños que aquí viven. Un rincón que parece anclado en el pasado. Esta es la sensación que te invade en este pequeño enclave de la Sierra de Tramontana: La Ermita de la Santísima Trinidad de Valldemossa, popularmente conocida como la Ermita de Valldemossa o Ermita de la Trinitat .

La entrada da paso al patio, con una cisterna fechada en 1713. A la izquierda del patio, la capilla y enfrente las celdas dan paso al oratorio del S. XVII.
En el interior de la capilla, a la izquierda, un belén que permanece todo el año y que cada año modifican por la Navidad. En el jardín destaca una escultura del fundador de la ermita, el ermitaño Joan de la Concepción Mir i Vallès (1624 -1688). Al fondo, un espectacular mirador donde sorprenderse ante la belleza del entorno.

Origen:
El origen más remoto de esta ermita habría que buscarlo en la figura del filósofo mallorquín Ramón LLull (1232-1316 ), quien fundó en 1276 el Monasterio de Miramar, donde estableció una escuela de idiomas orientales en esta costa de Miramar. Atraídos por la figura de este filósofo, diversos ermitaños y anacoretas, quisieron seguir su huella y se establecieron en este bosque de Miramar. En el S. XVII, el ermitaño Joan de la Concepción Mir i Vallès (Alaro 1624 -1688) tras retirarse en la antigua Ermita de Sant Pau i Sant Antoni, (Ermites Velles), fundó la actual ermita de la Santísima Trinidad de Valldemossa en 1648. Para ello contó con el apoyo de los monjes cartujos, de la cercana Cartuja de Valldemossa, siendo su primera regla del cartujano Miquel Montserrat Geli.

En los alrededores, podrás disfrutar de diversas rutas de senderismo. Aqui te proponemos un recorrrido circular de unas dos horas de duración: Junto a la barrera del merendero, el camino de la derecha nos llevara a un pequeño merendero con una puerta que da al antiguo bufador: una cavidad de donde surge una corriente de aire proveniente del contacto con otra cavidad mayor, creándose así una corriente de aire fresco utilizado antiguamente para conservar los alimentos. Un poco más adelante, verás los ruinas de las Ermites Velles (antiguo retiro anacoreta). Pasados unos diez minutos, en el cruce de varios caminos, si coges el de la izquierda verás el mirador dels Tudons. Vestigios del pasado, que tienen como eje la Ermita de la Santísima Trinidad de Valldemossa, como en un viaje en el tiempo.